El proceso de evaluación educativa

La realización de la evaluación en cualquiera de sus modalidades debe permitir identificar el estado que guardan los distintos aspectos a evaluar en la institución y ser contrastados contra los indicadores paramétricos definidos por las agencias de acreditación.

De ello derivar preguntas para la definición de los problemas a resolver, generar las recomendaciones y derivar los indicadores de mejoramiento para cada institución.

La evaluación será entonces completa al cerrar este ciclo, y no sólo al llegar al nivel de contrastación, sino de generación de compromisos y su seguimiento a través de los indicadores de mejoramiento.



El centro de atención debe ser el perfil de egreso y desde ahí, la evaluación de las condiciones en las que se realiza el proceso de enseñanza-aprendizaje para la consecución de dicho perfil, así como la evaluación del desempeño de los estudiantes para la verificación de su aproximación al logro del perfil de egreso y de los egresados, para verificar el impacto que tuvo la formación recibida en su desempeño profesional.

Si bien el foco central es la evaluación del perfil de egreso, es fundamental evaluar todos los aspectos que en ello inciden, esto es:


Los aspectos de superestructura, estructura e infraestructura.

La evaluación en el nivel de la superstructura evidenciará el nivel de coherencia y consistencia entre la misión, normatividad y proyecto de desarrollo para el logro del perfil de egreso, tanto a nivel institucional como de programa.

La evaluación de la estructura tanto institucional como de programas arrojará información sobre el nivel de idoneidad de los planes y programas, docentes, investigación y actividades del alumno para el proceso de enseñanza-aprendizaje alineado al perfil de egreso.

La evaluación de la infraestructura tanto desde la perspectiva institucional como del programa, valorará el nivel de pertinencia e idoneidad de los recursos materiales, de edificación, tecnológicos y financieros para el logro del perfil de egreso en un marco de uso óptimo y de actualización continua.

En cada uno de los aspectos a evaluar tanto en el nivel superestructural, como estructural e infraestructural es fundamental que se definan categorías de indicadores e indicadores para las actividades académicas, operativo-administrativas y políticas o de alta dirección, contando entonces para los distintos indicadores con distinciones específicas de conformidad con las funciones de la institución.

Finalmente, la definición y concreción de indicadores es una tarea colectiva y de sucesivas revisiones que apunten a criterios de adecuación, coherencia, congruencia, consistencia y pertinencia para el logro de los resultados de las instituciones alineados a su perfil de egreso, y la clara contribución que la institución haga al desempeño de sus estudiantes y egresados.


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